30/1/08

LA AVENTURA DEL TIEMPO

¿Qué habrá sentido Parménides cuando dilucidaba, hace 26 siglos, que la eternidad era una ausencia de todo devenir, una carencia de tiempo?
Seguramente algo similar a los usuarios del A5 de la ciudad de Córdoba, que si no son tan inteligentes como para absorber conceptos del tiempo mientras permanecen en las paradas, después de algunos meses, clavado que llegan a percibirlo en la piel.
A veces las demoras son de 20 ó 25 minutos, aunque en un día normal pueden llegar a 40, si una de las unidades se averió. Claro que la que venga a los 40 minutos lo hará como estómago de Tota Santillán tras el festejo después de sacarse el by pass gástrico que tanto le molestaba.
Todo esto tiene un lado bueno: el que consigue subirse a uno de estos colectivos experimenta, si no lo mismo que Parménides, lo mismo que Arquímedes tras descubrir que todo cuerpo que se sumerge en un líquido experimenta un empuje de abajo hacia arriba igual al peso del volumen del líquido desalojado: ¡Eureka!
No tomes nunca el A5. Ahorrá para taxis, aunque dejes a tus chicos sin leche. O comprate una moto pedorra en cuotas, de esas que están tan de moda. Y si no podés ninguna de estas dos cosas, relajate y gozá.
Si alguna vez hay una revolución, me anoto para dinamitar los A5. Hasta entonces no seré feliz.

Puntaje: 3 (Dolor de huevo)

23/1/08

"SLOW FOOD DELIVERY"

La foto era tentadora: carne jugosa, huevo frito, lechuga y tomate rebalsando dos panes suntuosos, papas bien crocantes. No resistí más: ese viernes llamé a La Farola (Bv. Los Granaderos y Virgen de la Merced) y pedí todo, un recontracompleto. Prometieron 25 minutos de demora. Pero el tiempo pasaba y yo, mirando la ventana, con mis 15 pesos en la mano, esperaba el alimento con la misma ansiedad que el zorrino Pepe le Pew olfateaba a Penélope. Ya hipotónico, reclamé dos veces. Llegó a la hora y diez minutos. Papas y pan blanditos, mayonesa chorreada, carne fría como estetoscopio en la panza. Un atenuante para La Farola: lo mismo me pasó con casi todos los delivery, desde el 348 a Betos. ¿Esto era la slow food?

Puntaje: 1 (Malestar estomacal)

19/1/08

BASTA DE CURSILERÍA

Bueno, me hartaron todos. Basta de mandar comentarios al post anterior.
Si la sangre los hace feliz, hay que decir que el gobernador de Córdoba y el intendente de la capital –Schiaretti y Giacomino– también me hastiaron con tanto abrazo, con tanto beso y tanto amaneramiento entre ambos.
Parecen alumnas de colegio inglés de señoritas ante la visita del inspector de zona. Que no se peleen como sus antecesores De la Sota y Juez –que nos recontrainflaron con su trastorno histérico– vaya y pase.
Pero una puteadita, algún desacuerdo nimio, un “andá a cagar”, no le hace mal a nadie.
Si los otros dos nos dejaron como nos dejaron siendo que se odiaban, no quiero pensar cómo hubiéramos quedado si se ponían de acuerdo.
Tanto amor me da sospechas, qué quieren que les diga. Anímense un poco, muchachos.

Puntaje: 1 (Malestar estomacal)

14/1/08

EL CLEVER ABREU DE LA CHETADA

Es cierto que los domingos son deprimentes. Por eso, más vale no cortar la onda y seguir así hasta la medianoche, cuando la TV nos regala un emblema de la pantalla chica cordobesa: Infrarrojo, por Canal 12. Está conducido por un tipo de gorrita a quien es difícil captarle si se hace el piola, si se cree piola, o si le da lo mismo pero está seguro de que quienes lo ven creen que es piola. Se hace llamar “Max”, lo cual ya da una idea de su grado de entropía. El programa en cuestión es muy cool, muy videoclipero, muy de la noche, viste. Tiene cosas tan originales como “todo lo que no sabías de la noche cordobesa”, o extensos chivos oficialistas como, por ejemplo, casi un programa entero paseando en auto con el secretario de Cultura para mostrar lo maravillosa que quedó la Ciudad de las Artes.
Cosas del destino, compite con Clever Abreu, que está a la misma hora, en Canal 8. ¿Querrá ser el sucesor?

Puntaje: 3 (Dolor de huevo)

8/1/08

MUCHO CARLOS, POCA PAZ

Gente haciendo cola para jugar al Pac-Man. Para comer una pizza blanda. Para tomar un chopp tibio. Para sentarse en la mesa de la vereda, aunque los transeúntes apenas puedan pasar y te aplasten los callos del pie. Para sacarse una foto con el actor de una obra que sólo quedará en la historia, pero de la Afip. Para chupar calor de asfalto y yirar media hora hasta conseguir dónde estacionar. Para pedir una parrillada de freezer recalentada.
Las únicas reminiscencias de Carlos Paz con algún destino europeo es el olor de los turistas tras caminar una hora, similar al de los europeos dando el ejemplo en uso racional del agua.
Gente que busca gente. Eso parece Carlos Paz, la cuna del verano cordobés. Todos quieren verse, ver gente, minas, tipos con lomo, esposas en bikini, pendejos en celo, pendejas hormonadas.
Carlos Paz es la prueba de que el buen gusto no depende de cuánta guita tengas para pasar las vacaciones. Si estás mal con tu esposa, tus hijos te hartaron y y creés que ya nada vale la pena, andá tranquilo con ellos a Carlos Paz: te vas a sentir como en casa.
Puntaje: 3 (Dolor de huevo)