12/2/08

¡BIZARRÍSIMO!

Un brasilero afroamericano (así se dice en PC) y dos terribles morochas paradas detrás, aparentemente también de esa nacionalidad, se contornean mientras suena una música tropical con letra en portugués. O eso parece, porque el cantante mueve los labios como si cantara en castellano. O quizá la letra es en castellano y él canta en portugués. O hubo una confusión de idiomas, o al retorno del playback se lo lleva el viento de Villa Carlos Paz y nada coincide con nada en ese parador de otra dimensión.
Tras ese numerito, una movilera hace una encuesta sobre el rumor de que en esa ciudad serrana se instalaría una playa para hacer topless: “¿Le parece bien o mal?”, le pregunta a dos tipos solos. “Bien”, contestan. Luego interroga a dos ancianas, que dicen que no les importa. “Bueno, a algunos les parece bien y a otros no”, es la conclusión de la encuesta movilera. Vuelven a estudios para cerrar el programa, en donde un actor disfrazado de gay –con labios pintados, gorrita y pupera con brillitos- intenta meter algún bocadillo que haga gracia, con tanto éxito como las denuncias de Luis Juez. Y entonces sí, cierra el programa nada menos que… ¡Clever Abreu! ¡El maestro de los maestros! (Ver post del 14/1/2008), saludando hasta la próxima superproducción cuyo día y horario, por respeto a los lectores, no informaré (contradiciendo el postulado de este blog).
Se trató del “Veranísimo” de la madrugada del 12 de febrero (Teleocho), el programa del conductor con 27 años de trayectoria en la TV cordobesa.
Si no fuera por las aclaraciones del final, uno pensaría que está frente a un homenaje bizarro a las más típicas realizaciones de Ed Wood. Pero no: es un producto genuino y transparente, capaz de producir en el televidente la misma sensación que aparece cuando un tío jetón hace chistes verdes en un velorio, multiplicada por 27.

Puntaje: 4 (Cálculo renal)

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