6/2/08

HACETE EL SANO, NOMÁS

Fue después de leer un libro de Alberto Cormillot (próx. post) y de comerme un asado de achuras. Me dije guau, qué sedentario. Me puse las calzas, los auriculares con Skay, y salí a trotar aun con los 35º y el solcito. Supuse que cualquiera podía correr enchufado con esa música adrenalínica (Todavía no ha perdido / la esperanza de encontrar / en su marcha su destino), sonaba, y yo me sentía Rocky subiendo las escaleras, o el inglesito de Carrozas de Fuego con esa música de Vangelis y todo.
Pero por una razón que no logro comprender, mis piernas se le cagan de risa a mi cerebro, por más impulsos que éste envíe. Y no hay Skay que valga. Así que mucho no pude hacer. Cuando paré, unos chicos me invitaron a un picadito. “Ma sí, total juegan descalzos y con pelota de vóley”, pensé, superado.
Tampoco me pude mover mucho, aunque sí lo suficiente como para que me marcaran las piernas a patadones, y para que, por la nochecita, mis fluidos corporales comenzaran a escapar de su recipiente de casi todas las maneras posibles, cual crecida repentina en el San Antonio. Resultado: un día en cama, sin más fluidos por escapar, tomando agua de a sorbitos.
Moraleja: para qué hacer boludeces si podés estar sentado en una reposera, chupando cerveza helada o tereré con vodka y jugo de naranja.

PD: Sí, es un post de vacaciones. En unos días largo de nuevo.

Puntaje: 2 (Vómito, literal).

1 comentario:

Anónimo dijo...

No te hagas momia, y no de Guanajuato, deja de quejarte y mejor por qué no te lanzas con Una semana en la zona de Barry Sears, con un Acapulco de noche o una Cucaracha al lado.